
Pequeño Edén sufrió la crecida del río
Dos cosas sorprenden de Paniri, su particular belleza y el hilo de agua que da vida a esa belleza.
Este pequeño Edén se ubica a 127 kilómetros al noreste de Calama, pero no es simple llegar a un terruño marcado por la impronta de lo natural, al punto que las llamas parecen estirar el cuello más de lo normal cuando respiran la presencia de un extraño por los pastizales de su dominio…
De hecho, tampoco lo fue para el gobernador Claudio Lagos y el secretario regional ministerial, Jaime Pinto, quienes llegaron prácticamente en “fila india” al poblado para conocer los efectos que dejó la crecida del río entre los sembradíos de habas, maíz y alfalfa, así como en los árboles frutales –manzanos y perales- instalados en la ribera.
La preocupación de los vecinos es entendible si se repara en el hecho que estos frutos de la tierra, así como la crianza de llamas, conejos, ovejas, son claves en esa economía doméstica del día a día.
Por ello plantearon a las autoridades, en tono de urgencia, una solución para reparar los daños que dejó la crecida del río en el sistema de regadío, particularmente, en los estanques acumuladores de agua y equipos de bombeo.
Al respecto, el gobernador Lagos recordó que la premisa de gobierno es, “no prometer, sino comprometer, resolver. Un árbol, sus tierras, sus animales no pueden esperar y haremos todo lo posible que esté de nuestra parte por solucionar sus problemas”, manifestó.
En este plano, surgen fórmulas a corto y largo plazo, acorde a la prioridad de las situaciones. “La voluntad política está, tenemos toda la disposición del equipo de agricultura y no los vamos a dejar solos, cuenten con nosotros”, dijo el seremi de Agricultura, Jaime Pinto, para inyectar ánimo a las familias.
En su momento, los dirigentes de Paniri, Cupo, Turi, Ayquina y Caspana, se dieron un espacio para agradecer el gesto de las autoridades en terreno. “Por fin, Paniri será tomado en cuenta”, dijo uno de ellos.