
A celebrar con responsabilidad
El cotillón -máscaras, pelucas, challa, lentes-, junto a la preferencia de ciertas prendas de lencería, vistas como cábalas para recibir el nuevo año, registran en el comercio local una alta demanda en horas previas a la primera fiesta del calendario.
El dato, retrata en parte, los aires festivos que rodean a una ciudad que anhela mejores días para sí misma y para su gente. Sin embargo, como recordó Osvaldo Villalobos, Gobernador Provincial (S), “todos queremos pasar unas fiestas alegres, en familia, y por tanto debemos ser responsables para que la celebración no sea empañada por un accidente en la carretera, un niño quemado por un cuete o una mujer golpeada”.
Villalobos manifestó que desde la promulgación de la Ley 19.680, que prohíbe el uso doméstico de fuegos artificiales, ha disminuido el número de niños quemados, “pero la meta es llegar a cero y en eso debemos colaborar, las autoridades, las familias y el comercio”, indicó.
La autoridad provincial, también llamó a los conductores, ser responsables ante el volante. “Nadie tiene derecho a truncar la vida de otro ni privarlo de sus expectativas. La ley Emilia, siempre nos traerá a la mente una triste lección y hoy la ingesta de alcohol se pena duramente. Por tanto, el viejo consejo nunca pierde vigencia, quien maneje, no beba y dé a otro la responsabilidad de conducir”, expresó.
En tanto, Roberto Paillalef, Jefe Mantenimiento de Elecda, llamó a la comunidad a evitar el uso de challa metálica, así como la quema de “monos” en las cercanías de cables, postes y transformadores. “No solo está la posibilidad de un apagón, un cortocircuito, también peligra la integridad física de las personas, especialmente de los niños”, señaló.
El llamado entonces es a ser prudentes en la celebración, consejo que, lamentablemente, como otros similares suelen atribuirse la formalidad de la fecha. Así lo demuestra el hecho que durante el presente año, 112 postes de alumbrado públicos se fueron, literalmente, a pique, efecto de la negligencia al conducir y una cultura poco amigable con la prevención.